Finalmente, la Fundación Nacional para la Ciencia, el Instituto de TecnologÃa de California y el MIT han confirmado la existencia de ondas gravitacionales, o los que es lo mismo, ondulaciones en el espacio tiempo.
Un equipo internacional de cientÃficos ha logrado por primera vez detectar de manera directa las elusivas ondas gravitacionales, fenómeno cuya existencia fue prevista hace un siglo por la TeorÃa de la Relatividad, pero que el propio Einstein consideró que nunca se podrÃa confirmar puesto que estas imperceptibles ondulaciones apenas interaccionan con la materia.
Las ondas gravitacionales son vibraciones que provocan deformaciones en el espacio-tiempo, el material del que está constituido el Universo. Sus dos detectores LIGO (Observatorio de Ondas gravitacionales con Interferómetro Láser) midieron diferencias a escala atómica el 14 de septiembre del 2015, lo que indicó la colisión y fusión de dos agujeros negros con una masa 36 veces superior a la de nuestro Sol hace 1.300 millones de años, provocando las ondas de gravedad que acaban de llegar a la Tierra.
El agujero resultante tiene 62 masas, tres menos de lo esperado, circunstancia que los cientÃficos atribuyen a que se convirtió en energÃa expulsada en forma de ondas gravitacionales.
Estas ondas que se propagan a la velocidad de la luz distorsionando el tejido del espacio-tiempo, son comparadas con el efecto que una piedra ocasiona cuando es lanzada a un lago. Cuánto más lejos están las ondas, más débiles son.
Aunque su existencia se tenÃa por segura, hasta ahora sólo se habÃan logrado evidencias indirectas de su existencia, de ahà la importancia de la primera detección directa anunciada después de varios meses de revisión de datos. Con la detección directa de las ondas gravitacionales se inicia una nueva era para la astronomÃa.